10 Tips sobre cuidados del sol y cómo elegir tu protector solar
Al momento de elegir un protector solar, son demasiadas las cosas a tener en cuenta. ¿Qué factor elijo? ¿Qué textura? ¿Con qué ingredientes? ¿Vale la pena pagar más por uno water-resistant? ¿Y qué significa reef-safe? Niños y adultos, ¿deberíamos usar distinto protector? ¿Tengo que ponerme protector si voy a estar puertas adentro?
Por eso, les compartimos estos 10 tips para ayudarlos a elegir el protector solar más adecuado, y así, reducir el riesgo de cáncer de piel y fotoenvejecimiento.
#1: Buscá protección de amplio espectro
Si un protector no aclara ser de amplio espectro o tener filtro UVB+UVA, y solo dice «FPS tanto» la protección no es suficiente. El FPS se calcula con una ecuación muy sencilla basada en el tiempo que los rayos demoran en dejarnos rojos y la capacidad del producto de alargar ese tiempo, y los rayos que nos dejan rojos son los UVB. Por ende, si el protector no aclara ser de amplio espectro, la protección contra UVA no está garantizada1,2. Los rayos UVA son los responsables del fotoenvejecimiento, y están asociados al daño de la piel a largo plazo1, por eso es importante elegir protectores solares que protejan tanto contra la radiación UVB, como la UVA.
Tip: ¡Ojo con el maquillaje y los cosméticos! Son los clásicos candidatos a tener «FPS tanto», sin aclarar si protegen contra radiación UVA.
#2: ¿FPS 15, 20, 30 o 50?
A la hora de elegir el protector, una de las decisiones más importantes es definir el FPS, y la verdad es que la diferencia no es demasiada:
- FPS 15: protege contra aprox. 93,3 % de la radiación UVB
- FPS 30: protege contra aprox. 96,7 % de la radiación UVB
- FPS 50: protege contra aprox. 98 % de la radiación UVB
Es decir, desde un punto de vista teórico, con un FPS 30 ya estaríamos prácticamente cubiertos. A partir de ahí, la protección aumenta apenas con el aumento del FPS y nunca llega a 100 %.
Se ha observado que usar FPS muy alto a veces da una falsa sensación de protección total, llevando a recurrir con menor frecuencia a la reaplicación y a medidas adicionales como gorro o sombrilla. Esto es algo a tener presente: aunque use un factor 50, 70 o 99+, la cobertura es casi idéntica a la de un FPS 30 y debo reaplicarlo cada dos horas. Mejor hacer un uso correcto de un 30 si por usar un 50 voy a tomar menos recaudos.
Sin embargo, y teniendo esto en cuenta, puede ser razonable elegir protectores con un FPS mayor a 30, para contrarrestar el descenso en la protección UV que se da a causa del uso «no perfecto» del protector6. Un FPS 30 no suele alcanzar su protección teórica por varias razones:
- Cantidad: Para alcanzar la protección que el filtro solar dice tener, es necesario aplicar una cantidad abundante. De lo contrario, la protección será menor a la indicada en el envase. En el rostro, por ejemplo, la cantidad necesaria equivale a una cucharadita de té, mientras que en el cuerpo entero equivale ¡a un vaso de shot! Prácticamente nadie alcanza estas cantidades: la mayoría solo usa de un 25 % a un 50 % de lo indicado.
- Reaplicación: Los filtros solares químicos se extinguen al absorber a los rayos UV y los físicos se corren con el roce y el agua. Por eso, aún si aplicamos una cantidad suficiente de un protector altísimo, es necesario reaplicarlo luego de 2 horas de exposición solar, de inmersión en el agua o de transpiración intensa cosa que no siempre se hace con rigor.
- Horario: Tendemos a cometer el error de interpretar que el horario «malo» del sol (de 10 a 16 horas) es el que requiere cuidados especiales (protector, sombrilla, gorro, etc.). Sin embargo, según la Academia Americana de Pediatría, ese es el horario en el que hay que intentar estar a la sombra. En el resto de las horas (las horas «buenas» del sol), podríamos exponernos si usamos los recaudos necesarios (protector, sombrilla, gorro, lentes, etc.). Si vamos a estar expuestos a horas «malas», hay una razón más para aumentar el FPS.
En líneas generales y para resumir este punto, las recomendaciones más avaladas son:
- Usar FPS 30 o más de amplio espectro si vas a estar al sol (en la playa, haciendo deporte al aire libre, etc.). Si está suplementado con antioxidantes ¡mejor!
- Usar FPS 15 o más de amplio espectro para el día a día (invierno, vida de ciudad, etc.), para prevenir fotoenvejecimiento y daño solar.
#3: Water-resistant: ¿hace una diferencia?
Sí pero no. Los filtros water-resistant efectivamente logran que la protección solar resista un poco más al agua y a la transpiración, pero no lo suficiente como para no tener que reaplicarlos luego de salir del agua. Es decir, es razonable y recomendable elegir protectores water-resistant para estar más protegidos durante el tiempo en el agua o durante actividades que causen mucha transpiración, pero ¡no para dejar de reaplicarlos luego de estas actividades!
#4: ¿Crema, gel o spray?
Si bien la textura que ha demostrado mayor eficacia en cuanto a la protección UV es la emulsión (crema) con base oleosa, es importante dar con la textura indicada para cada uno, para que lo sensorial no se interponga con el buen uso del protector solar (abundante, frecuente, etc.). 😉
- Para rostro y para pieles secas, lo más recomendable en líneas generales es el formato crema.
- Para zonas con cabello (cuero cabelludo, etc.) es recomendable la textura gel4.
- Para pieles grasas o con tendencia a acné, lo ideal son las texturas livianas como gel o spray.
- En cuanto a los sprays, es bueno tener en cuenta que están siendo estudiados y que aún no están avalados por la FDA. En caso de usarlos, procurá no inhalarlos y aplicar una cantidad abundante para cubrir generosamente la zona4.
#5: Reef-safe: ¿mito o verdad?
El mito dice que algunos protectores afectan a la salud de los arrecifes de coral y empeoran su blanqueamiento. Debido a esto, lugares como Hawaii y Key West han prohibido el uso de ciertos filtros químicos y exigen por ley el uso de protectores reef-safe.
Si bien el término no está bien definido y hay controversia respecto a si estos filtros efectivamente perjudican a los corales, la opción más ecológica por el momento sería la de elegir protectores con filtros exclusivamente minerales y sin nanopartículas.
#6: Filtros químicos vs filtros minerales: ¿cuáles son indicados para mí?
La mayoría de los protectores solares combinan filtros químicos (Oxybenzone, Avobenzone, Octisalate, Octocrylene, Homosalate, Octinoxate, etc.) con filtros físicos (Óxido de Zinc y Dióxido de Titanio). Esto es porque son complementarios: tienen diferentes fortalezas y debilidades.
- Los filtros químicos se absorben: son los culpables de que debamos aplicar el protector solar aproximadamente 15 minutos antes de la exposición al sol. Una vez absorbidos, transforman la radiación UV en calor, la devuelven al ambiente y se van extinguiendo gradualmente a medida que lo hacen. Por eso, es necesario reaplicarlos cada 2 horas y luego de inmersión en el agua o de sudoración intensa. Como lado negativo, no están libres de potencial de irritación y no son la opción más ecológica: algunos filtros químicos podrían dañar a los arrecifes de coral. En cuanto a sus efectos sobre la salud, tampoco son la opción más inocua: el Oxybenzone es acusado de ser un disruptor hormonal.
- Los filtros físicos o minerales no se absorben: permanecen sobre la superficie de la piel actuando como espejos, reflejando los rayos UV. No se extinguen a medida que bloquean la radiación, pero sí se corren con el roce. Son muy bien tolerados por pieles sensibles y son una opción amigable con el ambiente. Históricamente, son los culpables de la textura «pesada» del protector y del halo blanco que deja. Para solucionar esto, hace algunos años comenzaron a usarse nanopartículas de estos filtros físicos, que sensorialmente son mucho más atractivas.
Podés optar por protectores que combinen filtros físicos y químicos, por protectores solo químicos, o solo físicos, según tu preferencia. Lo importante es que sean de amplio espectro y del FPS correcto. Sin embargo, si tenés piel muy sensible o buscás la opción más eco-friendly, un protector solar mineral puede ser la mejor opción.
#7: ¿Preciso comprar un protector de labios?
Sí. Los labios también se perjudican por el sol. Por eso, es también importante aplicar (y reaplicar) un protector solar específico para labios (FPS 30 o más), ya que se ha demostrado que reduce el riesgo de cáncer en ese zona.
#8: Ropa con protección UV: ¿vale la pena?
Definitivamente sí. Si bien prácticamente toda tela bloquea rayos UV, no toda ofrece la misma protección (cuanto más oscura, gruesa y densa es la tela, más protege). Sin embargo, la ropa que aclara tener protección UV tiene una excelente efectividad de forma consistente. ¡Nos ahorra el trabajo de analizar cada tela!
#9: Protector solar adentro, ¿sí o no?
Sí, absolutamente (al menos si estás expuesto a la luz de la ventana de forma directa o indirecta). Los vidrios bloquean efectivamente la radiación UVB (que es la que nos deja rojos y la que más causa cáncer de piel), pero no bloquea a los rayos UVA (que son los responsables del fotoenvejecimiento). Así, si te exponés sin protector al sol que entra por la ventana de tu casa o de un vehículo, no vas a quedar rojo (porque no te alcanzarán los rayos UVB), pero sí vas a estar susceptible a la radiación UVA y al fotoenvejecimiento que genera.
#10: ¿Cómo proteger a los bebés?
El mejor aliado para proteger a los bebés del sol es la sombra. Las recomendaciones de las sociedades de dermatología suelen ser:
- Mantener a los bebés menores de 6 meses totalmente cubiertos de la luz del sol, ya que no se recomienda el uso de protector solar durante esta etapa, por la sensibilidad de la piel.
- A partir de los 6 meses, aplicar protector solo en las zonas expuestas, además de estar a la sombra, usar sombrero y ropa con protección UV, entre otras precauciones. La Academia Americana de Dermatología sugiere el uso de protectores minerales (solo con filtros físicos), que son mejor tolerados por pieles sensibles.
Si bien esto es lo ideal, en los casos de bebés menores a 6 meses y cuando la sombra total no es posible, la Sociedad Americana de Pediatría sugiere aplicar protector solo en las zonas de piel no cubiertas por la ropa con protección UV. Recomienda también procurar que los protectores para bebés y niños no contengan al filtro químico Oxybenzone.
Esperamos que estos 10 tips sean útiles y que puedan estar más que protegidos del sol.
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Fuente: The Chemist Look