5 Errores que cometemos al usar protector solar
Mencionamos las equivocaciones más frecuentes que arruinan por completo la protección contra los efectos del sol.
Aplicar un poco de protector solar en la cara, los brazos y las piernas ni bien pisamos la arena o nos disponemos a recostarnos en una reposera al costado de la piscina no es la medida suficiente para preservar la piel del sol.
Para que los productos cumplan con su cometido y evitar los resultados negativos del bronceado -que van desde la aparición de manchas y la aceleración del envejecimiento hasta un aumento de las probabilidades de presentar cáncer de piel-, es fundamental tener en cuenta algunos tips fundamentales.
¿No sabes cuál es el uso correcto del protector solar? En esta nota, enumeramos los errores más comunes.
1 – USAR UN FILTRO INADECUADO
El factor de protección solar (FPS o SPF, en inglés) es un índice que señala la capacidad del producto para resguardar la piel frente a los rayos solares y el número indica la cantidad de tiempo que una persona -en condiciones ideales- puede estar expuesta al sol sin ponerse colorada, que es el signo primario de daño solar.
Por lo tanto, la selección del bloqueador solar adecuado dependerá de la sensibilidad de cada uno. La recomendación general es usar un FPS mayor a 15 en el cuerpo y mayor a 30 en el rostro. En las pieles muy claras, lo acertado será un cosmético con la escala más alta (+50). Hay que tener en cuenta que desde hace un tiempo las marcas acordaron clasificar con esta cifra a los productos de ultra protección.
Otro punto importante: buscar siempre solares que actúen contra los rayos UVB y UVA.
2 – NO RENOVAR LA APLICACIÓN
Las indicaciones dependerán del tipo de filtro, de la actividad realizada y del contacto con el agua.
La sugerencia estándar es aplicarlos 30 minutos antes de exponerse al sol, para que sus compuestos se absorban, y luego, cada dos horas.
También es imprescindible volver a colocarlos después de un baño de más de 20 minutos, de secarse con una toalla o de una actividad física intensa.
Además, existen filtros físicos o minerales, que actúan como una pantalla reflectora. Su acción es inmediata y son indicados para casos de alergia.
3 – ELEGIR EL MISMO PRODUCTO PARA LA CARA Y EL CUERPO
Aunque la tecnología es la misma, las marcas desarrollaron presentaciones con texturas y componentes específicos para atender las necesidades de cada zona.
Para la cara, hay líneas diferenciadas según el tipo de piel (seca, mixta, oleosa o sensible). Se puede elegir entre lociones, cremas, geles, spray y hasta que sirven para retocar el protector solar sobre el maquillaje.
Por su parte, el cuerpo -a veces, menos expuesto y más resistente a las quemaduras- requiere de una crema ligera y fácil de distribuir o de un spray con agentes hidratantes.
No olvidar: la barra protectora para labios. Porque, con el sol, suelen agrietarse, deshidratarse y a mediano plazo, mostrar mayores signos de envejecimiento.
4 – APLICAR MUY POCA CANTIDAD
Las medidas recomendadas: en el cuerpo, una mano completa de crema y el equivalente a una cucharada grande, para el rostro y el cuello.
Esto dará la pauta de haber realmente esparcido el producto en toda la superficie de la piel. Otra alternativa para asegurar la protección: elegir un filtro más alto para tener un margen mayor de seguridad.
5 – NO REVISAR LA FECHA DE CADUCIDAD
Los cosméticos tienen una fecha de vencimiento y un plazo de uso una vez abierto, que se conoce con la sigla PAO (Period After Opening) y está expresado con el dibujo de un envase destapado. Ambas cuestiones son fundamentales para determinar la efectividad.
De la misma forma, es importante seguir las condiciones de almacenamiento sugeridas. Si el protector estuvo expuesto al calor y al sol, es probable que su poder de acción esté disminuido.
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Fuente: Bettina Frumboli Make Up