Cómo eliminar las manchas de la piel
La mayoría de las personas, en mayor o menor medida, sufre o ha sufrido manchas en la piel, sobre todo las mujeres.
La cara es una zona muy expuesta a factores externos que pueden dañar la piel y, además, es la zona más visible del cuerpo, por lo que muchas personas con manchas faciales quieren soluciones que le ayuden a eliminarlas por completo o, al menos, mitigarlas y disimularlas. La buena noticia es que sí se pueden eliminar completamente pero para ello es fundamental conocer el tipo de mancha y el tratamiento más adecuado en cada caso.
Como explica Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral, fundamentalmente existen dos tipos de manchas: “Las vasculares y las pigmentadas”.
Las vasculares “se presentan en tonalidades que van desde el rojo al rosado y se deben a un problema de vascularización en la piel”, apunta el dermatólogo. “Pueden presentarse en los primeros años de vida, como es el caso de los hemangiomas (color rojizo, abultadas y en forma de fresa), que, aunque pueden crecer con el paso del tiempo, solo el 20% de las personas las padece en la edad adulta”.
En este tipo de lesiones cutáneas también se encuentran las telangiectasias, “conocidas popularmente como arañas vasculares”. Estas manchas “son dilataciones de los capilares superficiales de la piel, que aparecen en gran medida en las piernas, aunque también pueden aparecer en rostro, cuello y escote”, explica el dermatólogo. Cuando las telangiectasias son muy extensas en estas últimas zonas, “pasan a denominarse cuperosis”.
La rosácea también se encuentra en el grupo de manchas rojizas, aunque, como apunta el experto, “todavía es una enfermedad desconocida por el gran público”. Este problema puede presentarse en forma de “telangiectasias, granitos parecidos a los del acné y con enrojecimientos repentinos (flushing o rubor)”.
Como afirma Sánchez Viera, “se desconoce una causa exacta de la aparición de este tipo de manchas en la piel, pero sí existen factores que contribuyen a su desarrollo”. Entre los principales se encuentran “la herencia genética, tener enfermedades como la rosácea y la dermatitis, los cambios bruscos de temperatura (sobre todo el frío), el hábito tabáquico, el estrés, el alcohol, las bebidas estimulantes como el café, los alimentos que requieren una larga digestión, la utilización de algunos medicamentos que contienen corticoides y la llegada de la menopausia en las mujeres”.
Otro subtipo de este tipo de manchas rojizas son los nevus o puntos rubí, que “tienen un aspecto similar al de los lunares, pero de color rojo”. Entre las principales causas de aparición de este tipo de manchas están “la edad, una sobreexposición al sol y la genética”.
En cuanto a las manchas pigmentadas, como indica Vicente Alonso Usero, dermatólogo en Valencia y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología, “son el resultado de la diferente distribución de la melanina y las células que la producen, los melanocitos. La melanina es el pigmento que nos permite protegernos de los rayos solares, por tanto, al exponernos al sol, los melanocitos segregan más melanina”.
Las más comunes, apunta Sánchez Viera, son los “lunares, que pueden ser de nacimiento o que pueden ir apareciendo con el paso del tiempo”. La mayoría de ellos “no presentan ningún problema, pero es recomendable vigilarlos por si presentan cambios, ya que este síntoma puede significar que se está produciendo una malignización”.
Otro tipo de manchas pigmentadas son los “léntigos solares, que aparecen en las zonas donde ha habido una sobreexposición solar, como son el rostro, el escote y las manos”. Los léntigos se diferencian de otro tipo de manchas porque “pueden crecer y presentar un aspecto rugoso”.
Por último, hay que mencionar el “melasma, que es un aumento de la pigmentación en el rostro debido a causas hormonales y que se oscurece especialmente en verano con la exposición solar”.
Muchas personas creen que por tener un tono de piel oscuro o ser más morenas no van a sufrir manchas en la piel, pero la realidad es que pueden aparecer en cualquier tipo de piel. Sí es cierto que hay pieles más predispuestas a sufrirlas como “las pieles blancas que son las que suelen presentar más manchas, tanto pigmentadas como vasculares”. Esto es así porque “tienen más posibilidades de que la radiación ultravioleta les afecte”, ya que la radiación solar es una de las causas principales de la aparición de manchas en la piel.
Lo mismo ocurre con “las personas que han abusado del sol durante toda su vida, así como las que tienen problemas de circulación”, añade Sánchez-Viera. Aunque no hay que olvidar otros factores como “la herencia y la predisposición genética”.
Prevención antes del tratamiento
El primer consejo para prevenir las manchas es, sin duda, evitar la sobreexposición solar. Para ello, “es fundamental utilizar fotoprotectores durante todo el año”, no sólo en verano, “y aplicarlo en todas las zonas expuestas, incluidas las manos”, señala el dermatólogo.
Otro consejo del experto es “tomar suplementos nutricionales para preparar la piel para la llegada del buen tiempo y evitar el uso de cabinas bronceadoras”. Esto “evitará, además, que se pueda desarrollar algún tipo de cáncer de piel”.
En el caso de que la persona tome algún fármaco fotosensibilizante es importante extremar las precauciones ya que su uso en sí “puede provocar manchas en la piel al exponerse al sol”.
En el caso de las arañas vasculares en las extremidades inferiores “es recomendable no estar muchas horas de pie o sentado, para favorecer la circulación sanguínea”.
Tratamientos para todas las manchas
La buena noticia en relación a las manchas es que “todas pueden tratarse y eliminarse por completo”, asegura Sánchez Viera. “Es cierto que dependiendo de cada caso el tratamiento puede conllevar más tiempo que otro y también puede requerir de un mantenimiento continuo por parte del paciente y el dermatólogo, pero todas pueden tratarse y eliminarse”, matiza.
Entre las demandas más frecuentes que llegan a la consulta del dermatólogo sobre manchas en la piel están las relacionadas con la eliminación de los léntigos solares y el tratamiento del melasma, según indica José Manuel Miralles, del Centro Miralles Dermatología de Palma de Mallorca y miembro de la AEDV.
Como indica, “algunos de estos problemas son difíciles de manejar, por este motivo es importante explicar al paciente que no debe tirar la toalla y que, en muchos casos como en el melasma, huya de tratamientos mágicos”. Como advierte Sánchez Viera, antes de recurrir a cualquier tipo de tratamiento para la eliminación de las manchas, sean del tipo que sean, “hay que acudir a un dermatólogo para que haga una valoración del problema y prescriba el tratamiento más adecuado en cada caso”. Hay que saber que no siempre todo vale para todos y que “si una persona usa un producto que le ha ido bien, no significa que sea el indicado para otra, de hecho, hay pacientes que acaban acudiendo a las consultas dermatológicas cuando un producto le ha provocado un problema mayor al que tenía inicialmente por la automedicación”, advierte.
De la misma opinión es Vicente M. Leis, miembro de la AEDV. Como indica, “el tratamiento de las lesiones pigmentadas debe ser individualizado y, siempre después de un correcto diagnóstico dermatológico, descartando que se trate de lesiones malignas”.
El experto insiste en que “es necesario aclarar con el paciente sus expectativas acerca de los resultados ya que disponemos de múltiples herramientas para tratar las lesiones pigmentadas pero no todas estas opciones son válidas para todos los pacientes”.
Con este concepto aclarado, Sánchez Viera enumera las diferentes opciones para cada tipo de mancha.
En el caso de las vasculares, indica que “el tratamiento más eficaz son los láseres”. En este caso concreto hay que hablar del PDL (Láser Colorante Pulsado), la IPL (Luz Pulsada Intensa) y el KTP. “Su acción se basa en el pigmento rojizo de la sangre, de forma que va cauterizando los capilares rojizos o las manchas rojizas pigmentadas, que son absorbidos de manera natural por el torrente sanguíneo, pero sin afectar a las zonas de la piel alrededor de ellos”, describe.
Estos láseres “tienen la ventaja de poder tratar varias lesiones vasculares en la misma sesión, con la garantía de que no dejan cicatrices y que además no volverán a aparecer”, afirma.
En el caso de la rosácea, “la terapia biofotónica ha demostrado ser muy efectiva”, apunta. Esta técnica “consiste en la aplicación de un gel sobre la zona afectada que al ser expuesta a una fuente de luz (láser o LED) produce una fluorescencia. El gel actúa como transmisor eliminado los síntomas de la rosácea sin dañar la piel al no ser invasivo”. Esta característica “permite a la terapia biofotónica poder ser utilizada en cualquier época del año”.
Es importante recordar que “también se pueden utilizar vasoconstrictores, cosméticos para pieles sensibles y con rojeces, además de realizar algunos cambios en los hábitos de vida, como son dejar de fumar, evitar la exposición al sol y utilizar siempre protector solar y, en caso de que se produzca un cambio repentino y agudo de las manchas rojizas, acudir a un dermatólogo para que haga un estudio y pautar un tratamiento con antibióticos si se ha producido una infección bacteriana”.
En cuanto a las manchas pigmentadas, cada tratamiento dependerá del problema al que hay que enfrentarse. En el caso de los lunares, “no es necesario hacer nada con ellos salvo revisarlos para evitar que sufran cambios, lo que puede ser un síntoma de malignidad”, recuerda el dermatólogo, aunque en algunos casos y por estética se pueden eliminar.
El tratamiento para los léntigos solares “es el mismo que para los lunares antiestéticos. En este caso se podrán usar los láseres Q-Swith o láser fraccionado de Erbio que “se dirigen directamente sobre la zona afectada por la acumulación de pigmento y no dañan la piel circundante”. Los láseres “provocan una ruptura de los acúmulos de pigmento, que son eliminados por el organismo de manera natural”, detalla. Para evitar posibles cicatrices “es recomendable hacer estos tratamientos en los meses de otoño e invierno y utilizar siempre un fotoprotector con pantalla total para que las pequeñas cicatrices que pueden aparecer se pigmenten por la acción de los rayos UV”.
El melasma es de las manchas pigmentadas “más difíciles de eliminar y requiere un tratamiento de mantenimiento continuo”, advierte. “Este tratamiento es la microdermoabrasión y la aplicación de activos despigmentantes inmediatamente después (peelings médicos)”.
Cosas a tener en cuenta
Tal y como indica M. Leis, “todos estos tratamientos exigen la realización de una fotoprotección rigurosa tanto antes como después de realizar los procedimientos”.
También es aconsejable, sobre todo en pacientes de piel morena, “utilizar productos despigmentantes, antes y después de estos tratamientos, para prevenir la aparición de hiperpigmentaciones postinflamatorias”.
Otro punto importante es “informar a los pacientes de su tiempo de recuperación, del aspecto que va a tener la piel inmediatamente después y de la evolución esperable”. Esto es importante porque “muchos procedimientos permitirán incorporarse inmediatamente a las actividades diarias, pero otros, en cambio, necesitarán un periodo más o menos prolongado de recuperación” que es necesario tener en cuenta, aclara M. Leis.
Además, antes de comenzar, “los pacientes deben informar siempre de sus patologías previas y de su medicación habitual, ya que algunas podrían contraindicar determinados tratamientos”, añade.
Fuente: Cuidate Plus