Cómo preparar tus pies para la temporada de sandalias
Habrá que eliminar durezas y callos, así como hidratarlos y protegerlos del sol.
Después de varios meses envueltos en gruesos calcetines y cobijados por zapatos cerrados, llega el momento de calzar unas sandalias con las que los pies quedan al descubierto. Probablemente durante el invierno no les hayas prestado la atención que merecen, dejando de lado ciertos cuidados imprescindibles para que se vean sanos y bonitos.
No te preocupes, estás a tiempo de una serie de mimos intensivos con los que preparar los pies, esos grandes olvidados, para sacarlos a pasear y lucirlos sin complejos. ¡Toma buena nota!
En primer lugar, conviene hacer un análisis de la gravedad del descuido de tus pies. Tal vez simplemente tengas la piel algo seca, pero quizá hayan proliferado las durezas, callos y juanetes. Ante estos últimos, lo más conveniente es acudir a un podólogo que evalúe tus necesidades particulares para poner remedio a cualquier problema.
Al margen de esto, hay unos cuantos cuidados que deberás llevar a cabo en casa. Para empezar, procura no lavarte los pies con agua muy fría, ni tampoco demasiado caliente, puesto que resecan e irritan la piel. Después de la ducha, asegúrate de secar bien los pies, incidiendo en la zona de las uñas y entre los dedos. De lo contrario, un exceso de humedad podría atraer a los hongos. Si tienes zonas con callos o durezas, deberás limarlos, bien con una lima específica o una piedra pómez.
Después de la ducha, aplícate una crema hidratante especial para pies. Hazlo a diario si están muy secos o una vez a la semana a modo de mantenimiento. Asimismo, una vez a la semana es aconsejable exfoliarlos, a fin de eliminar células muertas. Siempre que vayas a exponer los pies al sol, recuerda aplicar protección solar como en el resto del cuerpo.
También deberás fijarte en la pedicura. Lima las uñas, aplica un endurecedor y, si así lo deseas, esmalte de algún color en tendencia. Un aceite para cutículas pondrá la guinda final.
A la hora de escoger las sandalias, procura que no sean de suela demasiado fina. Busca algunas con el talón ligeramente elevado para no forzar mucho la pisada. También es aconsejable que sujeten correctamente el pie. De lo contrario, podrían aparecer dolores y aumenta el riesgo de tropiezos, resbalones y caídas.
Finalmente, si sufres mal olor y sudoración en los pies, puedes utilizar un desodorante específico para estos. Los encontrarás en formatos de crema, espray o polvos, para aplicar bien directamente en los pies o en los zapatos.
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Fuente: Vanguardia