Cuándo aplicar y cómo usar una mascarilla facial
Para hidratar la piel, no solo es necesario aplicar crema diariamente, hay otros rituales de limpieza e hidratación que aportan un extra de nutrición al rostro.
Al igual que se debe exfoliar la piel una vez por semana para eliminar suciedad y células muertas, también es recomendable usar una mascarilla facial adecuada a nuestro tipo de piel, pues ayudan a recuperar el nivel de agua cutáneo necesario y a mantener a raya el acné o la aparición de las primeras arrugas. Existen mascarillas para todo tipo de pieles, tan solo hay que saber cuándo y cómo usarlas.
¿Cuándo aplicar una mascarilla facial?
A diferencia de las cremas faciales, las mascarillas se deben aplicar una vez por semana o cada quince días. Es necesario dejarlas actuar, al menos, durante diez o quince minutos. En el caso de las mascarillas purificadoras para piel grasa, se recomienda dejarlas incluso media hora para que absorban toda la grasa que el rostro expulsa y evitar así la aparición de granitos y acné.
Lo ideal es aplicar una mascarilla facial por las noches, cuando la piel se prepara para el descanso y recibe mejor todas las propiedades. Tras una buena limpieza y antes de usar la crema de noche, aplicaremos la mascarillas con una brocha específica o con los dedos. Mientras se deja actual podemos ir haciendo otras cosas, pero no hay que excederse del tiempo, ya que pueden llegar a resecar la piel.
Cómo usar tu mascarilla paso a paso
El primer paso en cualquier rutina de belleza es la limpieza. Con un gel específico y agua tibia, eliminaremos toda la suciedad del rostro y, si es necesario, se exfoliará la piel para que la mascarilla se absorba mejor.
Una vez hemos secado el rostro con una toalla y con pequeños toques, sin arrastrar, aplicaremos la mascarilla adecuada a nuestro tipo de piel. Hay que hacerlo con cuidado, evitando el contorno de los ojos y de los labios. Se aplicará con las yemas de los dedos o con una brocha especial para mascarillas faciales. Cuando nos aseguremos que todo el rostro está cubierto salvo las zonas a evitar mencionadas, hay que dejar actuar mínimo diez minutos.
Para retirarla, hay que usar agua tibia al igual que en el paso de limpieza facial. Se retira como cualquier gel, con movimientos circulares. La piel estará extremadamente sensible en este paso, tras una exfoliación y el uso de la mascarilla, por eso es bueno usar una toalla suave, que no arañe la piel ni la irrite.
Una vez que ya hemos aprendido a usar la mascarilla, procedemos a hidratar la piel con nuestra crema habitual. Tiene que ser una crema nutritiva y densa para que la piel recupere sus niveles de agua.
¿Qué tipo de mascarilla debo usar?
La mascarilla que se debe aplicar depende del tipo de piel. Existen mascarillas para piel seca, que incluyen aceites nutritivos como de oliva, karité o aguacate que evitan la sequedad y la descamación. Pero si tu piel es mixta o grasa, lo mejor es usar mascarillas con gránulos exfoliantes que absorben la grasa y mantienen el rostro mate y sin brillos.
Para pieles maduras, es mejor usar mascarillas antiedad, ya que además de hidratar la piel, ayudan a prevenir la aparición de arrugas y a frenar el envejecimiento.
Las mascarillas faciales son un producto de cosmética muy beneficios para nuestra piel. Verás que desde la primera aplicación ya no puedes vivir sin ella ¡Tu piel cambiará por completo! Más sana, más radiante y mucho más nutrida.
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Fuente: Farmacia GT